CINCO PANES Y DOS PECES

Reflexiones en torno a la iniciativa “Una Vida, una Esperanza”y la visita de Juan Pablo II a España.

Ante la lectura del pasaje evangélico, en el que Nuestro Señor pregunta a sus apóstoles, sobre la comida que les queda para poder atender a la multitud que se hallaba congregada después de acabado el sermón de las bienaventuranzas, no he podido sustraerme a la idea de establecer un paralelismo entre la perplejidad de los apóstoles ante esta situación, y la mía propia al ir haciéndome más consciente de la complejidad del proceso que debe llevarse a cabo para dirigir a buen puerto la iniciativa que promoví en defensa de la vida del no nacido, bajo el título “Una Vida, una Esperanza”.

...la respuesta de los apóstoles queda recogida en estas palabras, cinco panes y dos peces. Ese pensamiento que dominó a los apóstolesal comprobar que sus recursos eran más que insuficientes,incluso, para algún irónico observador,serían calificados de ridículos, quedó rápidamente desvanecido cuando Nuestro Señor, bendiciéndolos, lo entregó a los apóstoles para que lo repartieran, y no sólo quedaron todos saciados, sino que incluso pudieron recoger abundantes sobras.

Esta multiplicación de dones, se hace también palpable en el curso diariode esta Iniciativa, desde su inicio, el pasado 28 de diciembre, hasta la fecha. Aldeseo y voluntad de un hijo de la Iglesia de Cristo - confiado en ese poder único, que hace posible decirle a una montaña que se mueva y venga y ésta llegue a obedecer -,se han ido sumando, desde entonces, nuevas voluntades y esfuerzos, que hoy permiten atisbar en el horizonte, esa respuesta decidida y numerosa que hará realidad esa manifestación clara deadhesión del pueblo católico español a la llamada del Santo Padre a defender la vida del hombre desde el primer momento de su concepción.

No cabe duda, que, en medio de esta sociedad del bienestar, en la que lo único relevante es asegurar para unos cuántos privilegiados toda clase de derechos, aún a costa de los más desamparados, la defensa de la vida, promovida por el Vicario de Cristo, ha sido uno de los estandartes más emblemáticos de su Pontificado, expuesta especialmente en la Encíclica “Evangelium vitae” y recordada, a tiempo y a destiempo, en numerosas intervenciones tanto en sus viajes apostólicos como enlas ordinarias audienciasque concede enel Vaticano, a millones de peregrinos de todo el mundo, de toda clase y condición.

Su llamada a combatir este mal, que pesa sobre la humanidad y sobre los cimientos de la sociedad de este inaugurado siglo XXI, ha encontrado eco en los últimos documentos presentados a la sociedad española, por parte de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia. Con fecha de 29 de Diciembre ve la luz el documento “Familia y Vida, atención especial, tarea urgente”, si TAREA URGENTE“para los cristianos, llamados a ser los centinelas de un porvenir en el que el respeto y la defensa de la dignidad de TODOS sean el fundamento de la sociedad verdaderamente humana”, y ESPECIAL ATENCIÓN “al DEBER de COMPROMETERSE en la defensa del respeto a la vida de cada ser humano desde la concepción hasta su ocaso natural”.

“El espíritu cristiano no puede PERMANECER INSENSIBLE”“frente al vilipendio de los derechos humanos fundamentales....especialmente de los niños”.

El espíritu de la iniciativa “Una Vida, una Esperanza hace suya esta “tarea urgente”, motivada especialmente ante la próxima visita apostólica de Juan Pablo II a España, que reúne unos condicionamientos un tanto particulares. En primer lugar, el estado de delicada salud que Su Santidad soporta día a día, con esfuerzo heroico, atendiendo a la grey a él confiada y a los problemas añadidos originadospor los poderosos de este mundo. Los nuevos sacrificios que supondrán para el Santo Padre las exigencias del protocolo para estos dos días deben darnos a todos aliento para acudir a los actos convocados, a pesar de las incomodidades de desplazamientos, cansancios y privaciones que necesariamente acompañan a estos acontecimientos multitudinarios. Para él y para nosotros supondrá posiblemente el momento de la despedida. Ya quisiéramos que no fuera así, pero volver a España, una vez más, después de sus 25 años de Pontificado, cuando en tantos lugares es deseada y necesitada su presencia, realmente, es una probabilidad que desafortunadamente se encuentra en unos mínimos muy próximos a la imposibilidad, si Dios, no nos concede otra gracia extraordinaria, como la que vamos a recibir estos días de mayo.

Pero ante esta nueva visita, también debemos reflexionar, sobre la realidad social de nuestra España, que el Santo Padre conoce muy bien, porque su preocupación por ella ha sido siempre manifestada en el cariño demostrado en sus anteriores visitas.

España, sí, le recibirá con los brazos abiertos, pero que nadie olvide que sus manos están manchadas con la sangre de tantos inocentes, asesinados en el seno de sus madres al amparo de la Ley vigente en esta España, que hoy es gobernada por quienes se intitulan como hijos de la Iglesia de este Vicario, que con dolor, no dejará de recordar que la injusticia más vil, sigue presidiendo nuestra vida social y política.

¿ Podemos los católicos españoles acudir al encuentro del Santo Padre sin reparar en este cargo de conciencia? . Muchos han trabajado y continúan haciéndolo procurando que el mal no siga desarrollándose a través de nuevos cauces en nuestro maltrecho tejido social. Pero las raíces siguen firmemente incrustadas en la Constitución Española, y para extirpar este mal es necesaria una respuesta firme, coherente , constante y unánime en todos aquellos movimientos y asociaciones que repudian el aborto.

Cinco panes y dos peces. Estos son nuestros recursos. Recursos que el ExPresidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, François-Xavier Nguyen Van Thuan (q.e.p.d.) nos recuerda en el libro del que me he tomado la libertad de tomar su título para presidir estas líneas: cinco panes, el ofrecimiento del trabajo diario, trabajar por Dios en todo aquello que nos mande, la vida de gracia – oración y sacramentos, especialmente la Eucaristía –compartir el amor recibido para alcanzar la unidad; y dos peces, elegir a Jesús las 24 horas del díay fomentar nuestro primer amor, el de nuestra Madre y corresponderle con el deseo de complacerla<< Madre, ¿ qué puedo hacer por ti?>>.La respuesta la encontramos en el misterio de las Bodas en Canáde Galilea : “haced todo lo que Él os diga”

El documento de llamada, que los responsables de los actos de la próxima visita apostólica del Santo Padre a España,han hecho público para convocar al pueblo de Dios, al pueblo “de la vida y para la vida”, queda intitulado “Seréis mis testigos”. Este es el deseo del Vicario de Cristo, hagamos lo que él nos dice.

¡ Seamos testigos valientes del Señor, que ha hecho de nosotros “luz del mundo y sal de la tierra”!

Salgamos a recibirlo con un corazón agradecido hacia su persona, y dispongamos nuestro corazón para acoger su palabra autorizada llena de sabias indicaciones para la vida cristiana (Seréis mis testigos –5-).

Con la mirada puesta en el Señor resucitado, fuente de la vida y de esperanza para TODOS los hombres, seamos Testigos de Esperanza. La iniciativa “Una Vida, una Esperanza” os invita a ello.

Laus Deo!

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