El nuevo catecismo social llama a los políticos católicos a luchar contra aborto y matrimonio gay

La Iglesia católica compila su magisterio sobre sociedad, política y economía, recalcando su visión de la familia, el trabajo y la guerra

MARÍA-PAZ LÓPEZ - 26/10/2004
Corresponsal CIUDAD DEL VATICANO


La Iglesia católica ha compilado un catecismo social en el que dibuja su organización ideal de la sociedad y da reglas éticas a gobernantes y ciudadanos, y en el que argumenta sus tesis sobre familia y matrimonio, y su rechazo de las uniones homosexuales y del aborto, entre otros aspectos. El texto, titulado Compendio de la doctrina social de la Iglesia y presentado ayer en el Vaticano, aglutina en 520 páginas (de las que 210 son índice) el magisterio social de la Iglesia católica, compilado en seis años de trabajo. Incluye también una vertiente política, con elogio a la democracia como sistema de gobierno, el no a la guerra preventiva y una firmísima condena del terrorismo.

Se queja además la Santa Sede, por boca del cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, de que se está difundiendo una "separación entre ética y política", según la cual "las cuestiones éticas no pueden aspirar a un estatuto público, no pueden constituir el objeto de un debate racional y político porque serían expresión de opciones individuales, y por tanto privadas". Por extensión, lamentó Martino, "se tiende a ver así también las relaciones entre política y religión, relegada a un asunto privado". Por eso, la Iglesia católica llama en su catecismo social a políticos y fieles laicos a actuar públicamente en los siguientes aspectos:

UNIONES HOMOSEXUALES. La Iglesia católica veta el matrimonio gay al considerar el matrimonio como un sacramento que une a un hombre y una mujer, "dirigido a la procreación y a la educación de los hijos". Para salvaguardarlo, emplaza a los parlamentarios católicos a "oponerse de modo claro e incisivo a toda tentativa de introducir leyes legalizando las uniones homosexuales, así como a luchar contra las ya existentes". Señala, no obstante, que "el homosexual tiene que ser plenamente respetado en su dignidad y animado a ejercer la castidad", pero que eso no significa "legitimar comportamientos no conformes a la ley moral", ni que se pueda "reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, equiparándolo a la familia". El compendio sostiene que los gobernantes deben legislar sin apartarse de la moral y que, aunque "el sujeto de la autoridad política es el pueblo", no basta el consenso popular para justificar una política concreta, atacando así el argumento de quienes dicen que una gran parte de la población apoya el matrimonio homosexual. Las iniciativas del Gobierno español al respecto han sido muy criticadas por el Vaticano.

CONTRA EL ABORTO. El catecismo social califica el aborto de "delito abominable" y de "desorden moral grave", y llama a los políticos católicos a negar su apoyo a leyes sobre el aborto, y a que, si no les es posible derogar esas leyes o impedir que se aprueben, promuevan iniciativas que "limiten los daños". Durante la presentación, surgió el debate sobre si los católicos pueden votar a un político pro-aborto; es el caso del candidato demócrata a la presidencia estadounidense, el católico John Kerry, partidario del aborto legal, mientras que su rival, el actual presidente George W. Bush, metodista, se opone. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, zanjó el tema diciendo que "la Santa Sede no quiere entrar en política electoral", y que es competencia de los obispos del lugar "iluminar las conciencias de los fieles con elementos éticos para que puedan construirse un juicio" sobre los candidatos.

TRABAJO FEMENINO. El texto recalca el papel de madre que la Iglesia católica alaba en la mujer, y señala que el trabajo femenino debe ser organizado "de modo que la mujer no deba pagar su promoción laboral con el abandono de la familia". En todo caso, se prioriza como función femenina la labor de atención a la familia. El compendio de doctrina social llama "a la responsabilidad del hombre como marido y como padre" en los quehaceres domésticos, y plantea la necesidad de que las tareas del hogar y el cuidado a los dependientes que suelen recaer en las mujeres reciban "una remuneración económica similar al menos a la de otros trabajos".

ECONOMÍA E IMPUESTOS. Se destaca la obligación moral y solidaria de pagar impuestos, y la vigencia para las empresas del "principio del destino universal de los bienes", y de que la riqueza existe para ser compartida. Según la Iglesia católica, el Estado y la sociedad están obligados a promover el trabajo.

GUERRA PREVENTIVA. El catecismo dedica un capítulo a la legítima defensa, indicando que "la guerra preventiva sin pruebas claras de que va a haber un ataque inminente levanta serias cuestiones morales y jurídicas", una formulación de rechazo de la guerra preventiva que los vaticanistas estadounidenses consideraron tibia. La Santa Sede reitera la inmoralidad de la guerra, pero señala que, "en el trágico caso en que se desencadene, los responsables del Estado agredido tienen el derecho y el deber de organizar la defensa echando mano de la fuerza de las armas". En cambio, vincula el uso de la fuerza internacional sólo a "una decisión de los organismos competentes basada en rigurosas comprobaciones y fundadas motivaciones", es decir, a la ONU.

TERRORISMO BLASFEMO. "Quienes se declaran terroristas en nombre de Dios blasfeman", señala el texto, recalcando que "ninguna religión puede tolerar el terrorismo, y mucho menos, predicarlo". La Iglesia católica considera que los terroristas suicidas desnaturalizan el concepto religioso de mártir.

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