CONSAGRACIÓN DE LA ASOCIACIÓN "UNA VIDA, UNA ESPERANZA" AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA EN LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE ZARAGOZA

Martes, 28 de diciembre de 2004. Fiesta de la Sagrada Familia

Augusta Madre de Dios, Madre compasiva de los hombres y Auxilio de los cristianos:

Postrados ante vuestra venerada imagen, bajo la advocación de Nª Sª del Pilar, Patrona de la Hispanidad, acudimos los miembros de la Asociación “Una Vida, Una Esperanza”, para conmemorar en este Año Jubilar Compostelano, primero del tercer milenio, Año de la Eucaristía y Año Jubilar Extraordinario para esta Basílica, el 150 aniversario de la proclamación del dogma de vuestra Inmaculada Concepción, el primer centenario de vuestra coronación en esta Basílica y el cincuentenario de la Consagración de España al Inmaculado Corazón de María., en este mismo Santuario Mariano.

En este solar de Zaragoza, testigo de vuestra especial protección y símbolo de la fe inquebrantable que ha sido blasón secular de este amado pueblo español, venimos a cumplir un deber de amor y gratitud, y venimos también, con renovada esperanza, a pedir vuestro auxilio y protección.

¡Oh, Señora!, un año más continua padeciendo España la ignonimia de “leyes” perversas que, otorgando a la libertad humana un poder absoluto sobre los demás y contra los demás, siguen amparando el asesinato de seres inocentes y el desprecio de su dignidad desde el primer momento de su concepción.

Recordando el ejemplo de nuestro Santo Padre, Juan Pablo II, que hace veinte años consagró el mundo a Vuestro Inmaculado Corazón, satisfaciendo de esta forma aquel deseo expresado en las apariciones de Fátima para alcanzar vuestra singular protección y liberarnos de los males provenientes del totalitarismo comunista, acudimos con la misma confianza, en unión de oraciones con Su Santidad, a saludaros y bendeciros como Madre de la Iglesia, solicitándoos con filial devoción las gracia de liberarnos de los males provenientes del totalitarismo individualista.

Iluminad particularmente al Pueblo de Dios que habita esta bendita tierra de España, para que recorriendo los caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad, sepa vivir el espíritu de consagración al que fue llamado particularmente por medio de vuestro mensaje en Fátima, teniendo en la oración y en la penitencia, las principales armas para forjar la conversión de sus corazones, como ofrenda agradable a vuestro Santísimo Hijo, para alcanzar de su poder, la derogación de esas leyes inicuas.

¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer toda amenaza contra la vida humana naciente, que tan fácilmente encuentra respaldo en organizaciones nacionales e internacionales que reciben la protección y la colaboración de administraciones de Gobiernos que no reconocen otra ley que su propia voluntad.

¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a perseverar en nuestra entrega y a ofrecernos con mayor generosidad a la tarea cotidiana de la promoción de la defensa y el respeto a estas vidas inocentes y desamparadas.

¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a permanecer fieles al Magisterio de la Iglesia, para que en todo momento, nuestro proceder no menoscabe ninguna de las aspiraciones que nos exige la coherencia con nuestra fe.

¡Líbranos, Madre nuestra, de todo pecado contra la vida y la dignidad del hombre desde el primer instante de su concepción!

¡Líbranos, Esposa del Espíritu Santo, de toda promoción de la tolerancia hacia estos males por parte de aquellas almas especialmente consagradas a la predicación de la Buena Nueva de tu Hijo, Jesucristo!

¡Líbranos, Trono de Sabiduría, de legisladores y jueces que justifiquen la sentencia de muerte para el inocente, al amparo de la “ley” humana que desprecia el orden establecido por Dios Padre!

Concédenos la gracia particular, de que sea admitido a trámite, el recurso interpuesto ante el Tribunal Constitucional, para poder llevar a cabo la Iniciativa Legislativa que promueva la derogación del aborto en España.

Acoge, ¡Oh, Madre de Cristo Redentor! estas súplicas que nacen en el corazón de tantos españoles que mantienen su esperanza en vuestra intercesión protectora.

Ante vuestro trono, ¡Oh, Madre Santísima del Pilar!, henchidos de gratitud y amor, con humildad por nuestras deficiencias , venimos a reafirmar nuestra Fe Católica, Apostólica y Romana, y la adhesión filial al Vicario de Cristo, renovando nuestros propósitos de vida íntegramente cristiana como individuos y como asociación, encomendándoos especialmente la perseverancia de otras asociaciones comprometidas en la defensa y promoción de la vida humana, con particular intención para las que desarrollan su acción en el mundo hispánico, venimos en representación del resto de miembros de nuestra Asociación y de tantos españoles que expresamente han mostrado su adhesión a esta noble causa, para consagrar “Una Vida, Una Esperanza” a vuestro Corazón Inmaculado.

Miradla, como cosa y posesión vuestra, amparadla y defendedla, y hacedla seguro instrumento para nuestra santidad. Sed nuestro seguro camino hacia Dios, sed nuestra Medianera y Abogada, obtenednos el perdón de nuestros pecados, la fidelidad a la ley cristiana y la perseverancia del bien. Bendecid nuestras acciones, dadnos luz y entendimiento para que las guíen, y alcanzadnos el don de la fraternidad para fortalecer nuestra amistad y el amor cristiano para con todos los hombres.

Elevando en este lugar bendito nuestra oración, suplicamos que apliquéis, una vez más, en la historia de la humanidad, el infinito poder salvador de la Redención: poder del amor misericordioso, para que detenga el mal y transforme las conciencias, para que contemplen en vuestro Corazón Inmaculado, la luz de la esperanza que anuncie el maternal reinado de vuestro Corazón, como preludio de la llegada del Reino de Jesucristo, vuestro Hijo, que es reino de justicia y santidad, reino de paz, de amor y de gracia. Así sea.

Zaragoza, a 28 de diciembre de 2004. Festividad de san Abel y de los Santos Inocentes.

Anterior Pagina Principal